domingo, 26 de junio de 2011

De concierto: DCODE Festival (Madrid) 24-25/06/11

Y por fin llegó el DCODE…tres años de espera para que Madrid acogiera un festival de cierto volumen después de la desaparición del Summercase, tras su última edición en 2008. Live Nation junto a la Universidad Complutense lo han hecho posible y podemos decir que lo que ha comenzado con relativo éxito y como experimento debe continuar, porque el margen de mejora es enorme y porque esta ciudad no puede caer en el olvido cuando llegan las fechas de los festivales veraniegos, porque a lo largo de los últimos años la oferta musical madrileña durante los diez meses precedentes está siendo quizá la más prolífica desde siempre y hace tiempo que no oímos eso de que fulanito y su banda no van a pasar por aquí porque no hay recintos en condiciones ni a la altura de otras ciudades españolas, porque nunca antes la música indie había tenido tanto tirón en el país del pachangueo, el torero y la flamenca, porque ya son menos los que se atreven a calificar de raro lo que se escucha con normalidad en el resto de Europa, porque vivimos una época dorada en cuanto a la aparición de infinidad de bandas nacionales que intentan abrirse paso entre la maleza de la radiofórmula, porque esto es Madrid y cuando llegan junio y julio queremos parecernos a Barcelona, a Bilbao, a Murcia, a Benicassim…aunque no tengamos playa…y os juro que es envidia sana y por aquí se habla siempre con admiración de lo bien que se está haciendo en estas y otras ciudades a lo largo de todo el territorio nacional.


El DCODE ha empezado desde cero, es pequeñito, pero muy acogedor, como el recinto a espaldas de la Facultad de Ciencias de la Información, en los campos de rugby, con las barras sobre la línea de 22, con los delanteros percutiendo a pie de escenario y los zagueros reposando tranquilos en la retaguardia por si hubiera que echar una mano. Estos dos días ha habido sitio para todos, aunque a poco que el cartel hubiese sido mejor no habríamos cabido y quizá por eso tal distribución de las bandas a lo largo de los dos días, dejando un viernes para los más jóvenes y un sábado que a simple vista y también a la postre fue el día grande, lo que se reflejó en una mayor afluencia de público. La organización en general bien, fácil acceso y sólo alguna cola que otra para comprar bocadillos, pero poca espera para el resto. El precio de las copas 7,50 € como en el SOS, pero con vasos de verdad y de talla XL, lo cual se agradece bastante. Pero hablemos de música que era para lo que estábamos allí.

Día 1: viernes 24 de junio de 2011

La primera jornada llegamos cuando terminaban su actuación Foster The People, quienes parece ser dejaron una grata impresión de la representación en directo de su disco debut Torches publicado este mismo año, y sobrevivieron no sin problemas al calor reinante y que fue el denominador común y protagonista durante todo el fin de semana.


Los canadienses Sum 41 fueron los encargados de poner a prueba la potencia y el sonido de los equipos y de empezar a calentar el ambiente entre la juventud que se amontonaba ante ellos con gran expectación. La verdad es que la banda liderada por Deryck Whibley ya no es lo que era y tras quince años de carrera parece que su época de esplendor a principios de la década pasada con ese punk rock arrollador ha pasado a mejor vida. También es cierto que el público que les sigue siempre es igual de joven, mientras que ellos deben renovarse año tras año, lo cual no es fácil.

Los siguientes en saltar al escenario fueron los veteranos Eels, quizá los mayores damnificados por la distribución del cartel, en el que no pegaban ni con cola. Su música de historias tristes y atormentadas no es fácil de asimilar por la mayoría, aún así por fin pudimos escuchar en vivo ese “Novocaine For The Soul” que tanto nos gusta, por lo demás pasaron por Madrid sin pena ni gloria, incomprendidos, digamos.


Y entonces llegó el plato fuerte de la noche, el reclamo de toda la chavalería que se daba cita en el primer escenario, My Chemical Romance, uno de los fenómenos fans adolescentes que intentan desetiquetarse en los últimos tiempos de tan recaudatorio adjetivo y que con su último trabajo Danger Days: The True Lives Of The Fabulous Killjoys no sé si lo conseguirán, pero lo que si lograron fue dejar en paños menores a más de una de sus seguidoras, repasando lo más conocido de su repertorio con un sonido un tanto descontrolado y atronador.

Tras ellos, Band Of Horses, que ya sabemos que no son la alegría de la huerta, pero que clase tienen de sobra para dejarnos buenos temas, aunque yo creo que la hora ya no acompañaba. Aún así pudimos disfrutar de momentos como éste, cuando sonó “The Funeral”.


Para terminar Lori Meyers, quienes se mueven como pez en el agua en estas situaciones y siempre cumplen con un repertorio más que estudiado y para dar paso al final del cartel del viernes con The Zombie Kids, representantes de la música electrónica que terminaron de agitar los cuerpos de quienes aún se mantenían en pie, mientras nosotros abandonábamos el recinto esperando impacientes a que llegara el sábado, donde teníamos nuestras esperanzas puestas.

Día 2: sábado 25 de junio de 2011

El sábado el calor fue el protagonista principal, por lo que no nos atrevimos a llegar hasta media tarde, aunque por los comentarios de los valientes que llegaron en la hora de la siesta tanto Havalina como Jamaica no defraudaron en sus respectivas actuaciones. Nosotros no nos quisimos perder a Blood Red Shoes a quienes pudimos ver el año pasado en Moby Dick, donde nos dejaron muy buen sabor de boca. En esta ocasión les faltó algo de gancho, quizá el calor, la hora, la extrema timidez de Laura Mary, que no termina de soltarse la melena a pesar de contar con esa muñeca prodigiosa y que me da que son de espacios más pequeños, no terminaron de levantar al respetable, aún así repasaron los mejores temas de sus dos álbumes publicados hasta la fecha.

Los siguientes en llegar fueron los favoritos de la crítica, The Vaccines, quienes en los últimos meses han ido sumando adeptos con su primer álbum What Did You Expect From The Vaccines. No sé cuánto recorrido tiene esta banda por delante, si va a ser una nueva apuesta fallida de la crítica más comercial y al final se va a quedar en lo que tenemos hasta ahora, pero mira, que nos quiten lo bailado, un buen primer disco y un directo que sin ser una maravilla para nada defraudó.


Y entonces llegaron ellos, The Hives, con Howlin' Pelle Almqvist a la cabeza y se lo llevaron todo por delante, ofreciendo para mi gusto el mejor concierto de todo el festival y eso que aún no hemos llegado al que se suponía punto álgido del sábado. Los suecos, vestidos de frac, pusieron todo patas arriba en una mezcla de concierto de rock y de show circense, de la mano de su líder, quien ejerció de maestro de ceremonias a las mil maravillas. Un repaso a sus mejores temas, diversión y buen rollo de principio a fin y mucho rock.


Tras los suecos llegó el fiasco de la noche. The Ting Tings no estuvieron a la altura y salvo cuando sonaron “That’s Not My Name” o “Great Dj”, el resto de su periplo madrileño fue de lo más aburrido y lineal de todo el fin de semana, mientras todo el mundo esperaba la siguiente actuación.

Kasabian se podía leer en el fondo del escenario y Kasabian aparecieron en el mismo ante una gran ovación del respetable. Los ingleses desplegaron un buen sonido durante toda la actuación, pero desconectaron por momentos con los allí presentes en una especie de sube y baja continuo, por el setlist elegido fundamentalmente, que cierto es acabó en oreja con una gran “Fire” para terminar. No sé, habrá gustos para todo, pero a estos tipos les hemos visto hacer cosas mucho mejores y la cara que tenía ayer Thomas Peter Meighan no invitaba mucho a vivir, la verdad. A este tipo de bandas hay que exigirles más, no sea que se nos despisten y pase como con tantas otras.


Para acabar vimos de lejos a The Sounds y a la incansable Maja Ivarsson, que como siempre no paró de moverse de un lado a otro de principio a fin, repasando sus mejores temas en un concierto correcto que sonaba a que estaba llegando el final, a que el cansancio hacía mella entre el público y que aún quedaba ver la electrónica de Crystal Castles, y en concreto a Alice Glass, que a mí personalmente me da miedo y me gusta más cuando calla, aunque los que saben de esto dicen que son realmente buenos. Tendréis que preguntarles a ellos.

Y poco más que contar, creo que estos dos días han servido para demostrar que estamos preparados, que tenemos muchas ganas de que esto no acabe aquí, que para ser la primera edición ha estado bien, aunque por supuesto todo se puede mejorar y que cuenten con nosotros para la próxima edición, si Live Nation quiere.

(Agradecer como siempre a quienes comparten sus vídeos en youtube)

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